Del juego leonino al orden virginiano: un tiempo para servir, organizar y cuidar el cuerpo
Tras la energía leonina —que representa al niño que llega al mundo a mostrarse, jugar y ser reconocido— ahora ese niño debe madurar y encontrar su lugar en la sociedad.
Comienza el tiempo virginiano: días para aprender a dar, contribuir, organizarnos y ser más intelectuales, tranquilos y medidos. Virgo nos invita a comprender que somos parte de un todo, y que cierta dosis de rutina y autoexigencia puede ayudarnos a ofrecer lo mejor de nosotros a los demás.
Virgo jamás verá solo el bosque, sino cada hoja de cada árbol, porque en cada detalle percibe el conjunto. A veces se muestra frío, distante o de perfil bajo, pero es el signo más útil y adaptable del zodíaco.
Durante esta temporada, todos vibraremos un poco en esa frecuencia: quizá sintamos mayor necesidad de orden y limpieza, o nos descubramos atentos a cada mínima señal del cuerpo. Es un buen momento para iniciar una dieta, cuidar la salud y cultivar hábitos más armónicos.
La advertencia: que el sentido del deber y la sobreexigencia no opaquen el disfrute. De lo contrario, podemos caer en incoherencias emocionales y hasta en malestares físicos. Algunas gotitas de flores de Bach —como Centaury— pueden ser un buen recurso para servir con amor y moderación, sin caer en el sacrificio excesivo.
Que en este mes virginiano el dar surja siempre desde el placer y con desapego al resultado.
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