TRANSFORMACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA ENERGÍA ZODIACAL
«La energía de los signos es cíclica. Nace, cambia y muere, para volver a dar inicio»
Tema recurrente es para los astrólogos escuchar el interrogante…cuál es el mejor de los signos? Y la respuesta es siempre la misma…
«No hay signos mejores o peores». Todos tienen polaridades, donde vibramos más alto o más bajo.
Pero no podemos negar que la energía se va transformando desde el primero de los signos hasta el último…del menos evolucionado hacia el más evolucionado.
Para dar inicio a algo, es necesaria una explosión que proviene del caos. Un Big Bang aquí, es inminente. El fuego de impulso es ARIES. Como sabemos en el arranque nada es muy pensado, es puro yang y liderazgo. Si este signo baja su frecuencia, la violencia o el ir al choque, será una muestra de ello.
Luego la energía comienza a solidificarse y materializarse para llegar más calma a TAURO, se vuelve densa y básica, aquí hay necesidades físicas, donde los cinco sentidos entran en juego. Los placeres terrenales, el alimento, la sexualidad y el dinero, son cosas bien manejadas por este signo, que puede caer fácilmente, cuando sale de su eje, en la falta de materialización, en el no soltar o en la terquedad.
Más adelante todo se diversifica, se expande y se vincula. Nace GÉMINIS. Aquí la palabra y la socialización tienen mucho peso. La lectura y la escritura son palabras geminianas por excelencia. Caer en la charlatanería o el chisme, serían excesos de estos nativos, si descienden en su frecuencia .Después la energía se reúne nuevamente, para ser resguardada y gestada. Aquí hay introspección y nutrición, como dentro de un gran útero materno. Es por eso que en CÁNCER, la protección y amor filial, son otorgados por Derecho de Conciencia. Lo importante es que no se caiga en la nostalgia, celos o sentimientos demandantes.
Luego llega el momento de nacer. La energía ya está preparada como un niño, para mostrarse y jugar con creatividad. Se hace presente LEO y necesita de atención, del reconocimiento de los otros y de los aplausos. Será fácil con tantos dones, caer en la arrogancia o el egocentrismo.
Pero el niño solito no puede estar, así que la sociedad se manifiesta. Le exige madurar, obedecer a rutinas, cuidar su salud y trabajar para subsistir, como lo hace VIRGO.
Lo importante ahora es no caer en autocrítica, obsesiones o exigencias extremas.
Más adelente es momento de relacionarse íntimamente de a dos, en el juntos a la par, de compartir en pareja, entre iguales. El equilibrio, la armonía y la belleza estética, son vitales. No caer en la sobredependencia o la duda, por querer complacer, es desafío para LIBRA.
El estadío vincular llega al punto máximo y amerita una transformación superior. Para eso, hay que ir hacia adentro, bucear en lo más profundo de la psiquis, de las sombras. Hay que morir y renacer, como el ave fénix, como un sanador, un chamán, un psicólogo, un alquimista, un detective… como un ESCORPIO. Pero el exceso de control o el deseo de posesión sobre un otro, puede plasmar el enceguecimiento hasta su más densa oscuridad.
Ya la evolución es grande, llega SAGITARIO para mostrar una mente superior, positiva, madura. Su idealismo y ganas de aprender y enseñar son prioritarios.
De gran filosofía de vida, buscadores incansables de la verdad. A veces el creerse dueños de ella, o el mostrarse extremadamente confiados, los pone en un mal lugar.
En este progreso hay que proyectar, crear bases sólidas, construir, poner normas, leyes, límites. CAPRICORNIO es todo eso. Ampliamente estructurados, comprometidos, disciplinados, pero frecuentemente rozan el caer en la rigidez o la soledad ermitaña.
Tanta estructura llega a su fin, y para eso está ACUARIO. Se lanza desenfrenado hacia lo nuevo, con ganas de divertirse, de inventar, de disfrutar en grupo, para sus amigos, en la actividad social. Son excéntricos, diferentes y novedosos, pero a menudo, desconectan con ímpetu, su rico mundo mental. Y como todo lo que empieza termina, la energía debe llegar al final, con el signo que tuvo que pasar y vivir por los doce estados. PISCIS sabe de telepatía, sabe del sentir. Ve a los demás como partes de la Totalidad. Experimentó «Ser» y llevar dentro de sí, un poquito de cada uno…por eso su empatía.
Aquí hay disolución del ego, comprensión y amor incondicional hacia la Creación. Es la pureza misma, en ensoñación y magia constante.
Caer en la evasión de la realidad es característica esencial de su baja vibración.
Como vemos, la energía fluye. Nace, cambia y vuelve a la Fuente Universal. Los ciclos se cierran para volver a abrirse. Nada muere, todo se transforma y vuelve a empezar.
LILIANA BERALDI (LILITH) ASTRÓLOGA Y TERAPEUTA HOLÍSTICA
